Recuerdo que mis mañanas eran muy frescas, hasta daba frio al levantarse con los pies descalzos, correr al baño y regresar de la misma manera al abrazo calido de las cobijas, quedarme acostado otra hora mas y despues cuando la panza lo exigia salir a la calle por un litro de leche, jugo de naranja, tortillas de maiz, huevos, jamon, queso oaxaca y unos frijolitos de lata.
Todo esto lo hacia con la television prendida como musica de fondo, por lo general ponia en el DVD un disco con las canciones que me gustaban o bien un juego en el playstation, ya entrada la mañana me daba un baño, me arreglaba, me ponia encima mi eterno morral y salia a las calles templadas del Distrito, para hacer corajes y para afianzar esa relacion de Amor-Odio que tenemos los capitalinos con la ciudad.
El viaje en microbus, sacaba mi librito de ciencia ficcion, leia algunas paginas y luego bajaba en la estacion del metro cerro de la estrella, me gustaba pararme en los puestitos de libros usados donde si se buscaba bien y con paciencia se encontraban joyitas a precios ridiculos como aquella vez que me encontre ILION a $20.00 ¡No maa...! que chingona es la vida.
Despues compraba boletos del metro para toda la semana, subia y si tenia suerte (Por lo general se tiene suerte en fin de semana) ocupaba algun asiento, me acomodaba, respiraba profundamente y me ponia a leer media hora.
Para cuando llegaba a Bellas Artes venia lo bueno, cerraba mi libro, bajaba del metro y salia a las calles maravillosas del centro historico, nunca he tenido una idea clara del porque me gusta tanto, hasta la fecha lo añoro demasiado, el caminar por las calles, pararme a mirar los puestos, los cafes del lugar, mirar la torre latinoamericana, deambular como vaguito por todos lados, hasta que me dolian los pies pero eso no importaba, era uno de los pocos lugares en el distrito donde me sentia seguro, donde podia caminar y meterme por una calle nueva para descubrir nuevas cosas que chacharear.
Todo esto lo hacia solo, al principio porque no me quedaba de otra, todos teniamos distintas cosas que hacer, despues lo hacia solo por el gusto de estar solo, llegaba un momento en que me atiborraba de centro historico, lo comparo con comprar un helado y saborearlo intensamente al principio y a veces cuando ya es demasiado comienza a empalagar, asi me pasaba en el centro pero cuando me iba ya tenia el morral cargado de tesoros... libros, DVD's originales que eran una chulada, juegos de computadora, de playstation etc.
Ojala algun dia hagan un paseo virtual por el centro historico, para ir nuevamente a "caminar".
